Pienso-te, olvido-te, amo-te

Hola amor... Mi viejo, nuevo, futuro amor. Te escribo hoy como un día cualquiera de los tantos que tengo tu ausencia entre las manos. Cuando pienso en el tiempo que tengo buscado un anhelo nuevo, me pregunto una y otra vez dónde es que te extravié. Dónde fue que perdí el rastro de tu perfume y se confundió con tantos otros que me distrajeron. Aún creo que si sigo buscándote, encontraré inequívocamente tu sensatez, tus caricias, tus sueños y tus risas en un solo rostro. El problema yace que cuando creí haberte conseguido, eludiste mi mirada y preferiste seguir jugando a las escondidas, y yo, que prometí siempre complacer a tu alma traviesa desde el momento que te encontré, no forcé tus ganas ni tu razón aunque si lloré un lago enorme de sal para navegar de nuevo a la deriva.
He estado viendo un nuevo rostro, pero pareciera tener solo algunos fragmentos de ti, aún faltan trozos por descubrir y ensamblar. No me atrevo a cuestionar si esta es tu nueva apariencia, sería hasta cierto punto quitarle la magia de la expectativa. Pero tal vez es necesario despojar por completo mi conocimiento empírico empezar de nuevo ignorando tu presencia previa y olvidar tu andar sobre mi piel.

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